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Zúrich, adiós

Hace un rato se ha clausurado el Campeonato de Europa de atletismo. Se ha celebrado en Zúrich (Suiza). Muchos de nuestros atletas gozarán de unas merecidas vacaciones. A otros aún le queda algún que otro mitin en el que conseguir mejores marcas antes de acabar el año atlético. Unos días atrás charlamos brevemente con Ramón Cid, Director Técnico de la Real Federación Española de Atletismo. Él vaticinaba entre 4-6 medallas y de 12 a 15 finalistas. El combinado español regresará de Suiza con seis medallas, dos de oro (Miguel Ángel López y Ruth Beitia), una de plata (Borja Vivas) y tres de bronce (Ángel Mullera, Indira Terrero y Diana Martín). Buenas dotes de adivino las de Ramón, o de conocimiento de las posibilidades reales de nuestros atletas, de la capacidad real de nuestros deportistas. 

Llega el momento del relax, de la reflexión, de echar la vista atrás antes de coger impulso hacia los eventos que están por venir (Europeo en pista cubierta en Praga y Campeonato del Mundo en Pekín). Falta mucho aún, pero hay que ser precavidos, imitar a las hormiguitas. Las medallas se ganan desde el segundo 1. Ahora es cuando muchos echarán de menos algunas medallas, sobre todo en mediofondo. Ahora es cuando algunos más comenzarán a hablar de que el atletismo español está de capa caída. Sinceramente, creo que bastante bien han escapado nuestros atletas con la que está cayendo.

Tomando como referencia los metales y el medallero, España concluye en una meritoria octava posición, un puesto que no dista mucho de lo que se viene consiguiendo en los últimos campeonatos de Europa de selecciones. Hay que ser críticos, pues la crítica ayuda a mejorar si se enfoca desde el prima correcto. También hay que mirar al frente, o echar la vista atrás y recordar la competición realizada, por ejemplo, por nuestros cuatrocentistas (tres finalistas entre hombres y mujeres), por nuestros marchadores, por nuestros saltadores y lanzadores. Todos los sectores están acortando distancias con nuestros mediofondistas, incluso dejándolos atrás en muchos casos. Eso es positivo, aunque tenga un tinte ciertamente negativo. Seguimos consiguiendo medallas en lanzamientos y saltos. Desde hace tiempo hemos dejado de saber correr sólo para dar el callo en los círculos de lanzamiento y en los fosos de saltos. 

Es momento de ser optimista. En muchos casos cuesta ver el relevo que saque las castañas del fuego de aquí a unos años, pero apoyemos a nuestros atletas, mimémoslos, tanto en las duras como en las maduras. Ese apoyo es más necesario que nunca, ya que no está la cosa para seguir pasando muchas penurias. El atletismo ya es suficientemente duro como para estar mendigando unos euros, un par de zapatillas o una colchoneta adecuada para poder entrenar los saltos en condiciones. Es el momento, la hora de que los brotes verdes llenen de color y olor todo alrededor de nuestro deporte y nuestros deportistas. Practicar deporte es sano, es saludable, tanto para el cuerpo como para la mente. Recuerden políticos de España: Mens sana in Corpore Sano. Recuerden, políticos de nuestro país: el deporte convierte a las personas en mejores seres humanos, de esos que tanta falta hacen a nuestra sociedad. Recuerden señores políticos de los cuatro puntos cardinales de nuestra España: el deporte mueve la economía, las mentes, los cuerpos, les entretiene en sus siestas, en sus aperitivos nocturnos, sus momentos de tregua sobre la arena del parlamento, la asamblea o el salón de plenos. Recuerden, señores pagados por todos: hay deportes que se juegan sin balón de fútbol. Existen. Que sigan existiendo. Amén. Gracias, deportistas de España. Gracias atletas de La Roja.