Bádminton
'Reflexiones por tierras tailandesas", por Bea Corrales
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- Beatriz Corrales
- Sábado, 23 Agosto 2014 23:23
Cada experiencia es única e irrepetible, segunda ocasión que he tenido la oportunidad de estar en tierras tailandesas, entrenando con un gran número de jugadores de nivel, entre los que se destacan aquellos que han obtenido grandes resultados en universiadas, campeonatos asiáticos, mundiales, etc, así como futuras promesas en este deporte. Por lo tanto, gran experiencia para aprender y seguir nutriéndome como jugadora y por supuesto como persona.
Estas semanas he experimentado diferentes sensaciones y he aprendido diferentes aspectos, distintos de la primera vez que pisé esas pistas de entrenamiento hace más de un año. Es por ello, que como comienzo este texto, cada experiencia, no importa que sea el mismo lugar o con la misma gente, te marca de diferente modo, una de esas causas es el constante cambio y evolución que vamos teniendo las personas a lo largo de nuestras vidas.
A continuación expongo palabras, momentos, situaciones, que me han marcado y que como ya vengo contando, me hacen crecer y aprender...
Música:
Por momentos en esta estancia, dejé olvidada la sensación que me produce escuchar música, música de todo tipo, según el momento y el lugar. Tras una primera semana, en la que la música estuvo ausente en mi día a día, pude experimentar una gran transformación positiva en mi estado de ánimo cuando comencé a incluirla como parte de mi rutina, entre entrenos y descansos. "Music to live..."
Valorar lo que nos rodea:
Durante las tres semanas allí, he estado duchándome con agua fría, comiendo de manera irregular, visto desde un punto de vista nutritivo y especializado (arroz con pollo en todo momento, días en los que no había fruta o verdura, etc.). Comiendo en función de lo que hubiese ese día en la cocina del pabellón de entreno, pero sin poder controlar una buena alimentación diaria… ; teniendo que comprar el papel higiénico, ya que en pocos sitios hay, aguantando las duras sesiones de entreno con masajes tailandeses que se diferencian mucho de las manos de un buen fisio profesional; observando cómo las mujeres que nos daban el masaje llevaban más de 6 horas sin parar dando masajes por 15-20 euros a lo largo del día. Durmiendo poco y mal, debido al incómodo colchón de la habitación en la que me alojaba. Viviendo mi día a día entre cuatro paredes de una habitación bastante sombría, en el que mi rutina consistía en ir del pabellón de entreno a la habitación a descansar, y viceversa, poco o casi nada se podía hacer alrededor del área en el que estábamos y con el poco tiempo que disponíamos entre entreno y entreno…
Todo esto no es una queja, ya que considero que como ha ido ocurriendo durante la evolución del ser humano a lo largo de los años, todo es cuestión de adaptarse y vivir con las condiciones de las que se dispones en cada momento (y si se consigue disfrutar con lo que se tenga, sea lo que sea, mejor que mejor) es cuestión de tiempo hacerse a ello; en unas personas se requiere más tiempo para ello y en otras menos. Esto es claramente una llamada de atención a valorar aquello que tengo y disfruto en España, desde un simple detalle que es el agua caliente, como el hecho de poder disponer de un fisio para mi profesión, en este caso el deporte.
Aguantar:
En unas de las conversaciones y reflexiones que he tenido con mi compañero, entrenador y amigo Rafa Vázquez (entrenador del CTD de Galicia) que nos está acompañando y ayudando en esta etapa de verano. Me comentaba que una de las grandes virtudes que más le marcaron en su etapa como jugador fue “aguantar”, tan simple como ese concepto, porque no importa si hay malos días de entreno, cuando no salen bien las cosas, etc, o miles de cosas que nos vamos encontrando a lo largo del camino, que al fin y al cabo hay que aguantar, persistir, seguir trabajando, luchando porque las cosas positivas salen, de una manera o de otra, pero una de las grandes claves del éxito es “aguantar”, no rendirse…
Fighting:
En la escuela/club de Bádminton en el que nos encontrábamos, era realmente complicado intentar tener una conversación en inglés con algunos tailandeses, ya que su inglés era bastante defectuoso, pese a todo, la palabra “Fighting”, era bastante mencionada por todos ellos para afrontar los retos, desde series duras del entreno como modo de desear lo mejor en la competición, ese contexto de luchar, ya que el significado así es, por ello: ¡LUCHA!
Confianza en el coach:
A lo largo de los años en el mundo del Bádminton y deporte, cada vez tengo más claro que la unión entre entrenador y jugador tiene que ser fuerte, pero sobre todo de confianza y respeto mutuo. Metodologías de entrenamiento hay muchas y ninguna es claramente mejor que otra, ya que depende mucho del deportista y de muchos factores, pero como explico creo que confiar en que la forma de entrenamiento llevada a cabo por tu entrenador es la mejor para alcanzar los objetivos es primordial, si no es así es momento de plantearse qué camino quieres elegir para alcanzar tus retos, que no significa que sea malo ni bueno, simplemente que si no estás a 100% con el equipo técnico probablemente estés perdiendo parte de tu tiempo, ya que estarás ocupando tu mente en evaluar el entreno en vez de dedicarte a “currar” en el entreno.
Tu Gente:
Poco que añadir en esta término pero claramente imprescindible mencionarla, porque para mí está muy claro que representan uno de las bases más fuertes de mi ser como persona y deportista.
Sonrisa:
Una de la características que me más me llaman la atención y disfruto con ello, ya que como suele pasar “el buen rollo” se contagia, es la sonrisa y amabilidad que por lo general tienen los tailandeses. No importa que estén sufriendo en el entreno, con entrenamientos realmente duros físicamente, que durante toda la estancia que he estado allí, muestran su ilusión (claramente destacadas por amplias sonrisas…) por lo que hacen, por poder jugar y seguir aprendiendo entre ellos como jugadores de Bádminton. Considero que esa ilusión que mostramos, sobre todo cuando somos más pequeños, no deberíamos perderla nunca; despertarnos con ilusión por trabajar en aquello que nos ocupa, en nuestros proyectos tanto personales como profesionales debería ser casi obligatorio en la vida de cada persona.. porque al fin y al cabo, la manera de afrontar el día a día, es diferente, es mejor… entrando en un bucle positivo.
Compañeros que vienen y van:
Otra de las características de este tipo de concentraciones y viajes, son los compañeros con los que los haces. Es impresionante poder aprender de cada uno de ellos, porque siempre hay cosillas que coger y que llevarte contigo de cada persona; algunos de ellos sólo formaran parte de una etapa de mi vida, de momentos, de instantes; otros los conservaré por largo tiempo, pero, en definitiva, es algo en lo que a veces me paro a reflexionar, la cantidad de personas que conocemos y con las que compartimos experiencias a lo largo de nuestra vida, si de cada una aprendiéramos algo.. ¡es una auténtica pasada!
Mosquitos:
Termino con un suceso divertido, simplemente porque no había día que no me fuera a dormir con una o más de una picadura nueva, desde picaduras de arañas a mosquitos… Mi piel también agradece cuando regreso por Europa…
(...)
Las palabras han sido escritas sin orden, natural, espontáneas, según han ido apareciendo en mi cabeza, al igual que los motivos de las mismas.. Porque si algo me he llevado de este viaje, es también, aprender la importancia de fluir para conseguir grandes cosas, sin querer controlar todo lo que nos rodea...
Hasta la próxima,
B. Corrales