Atletismo
Samuel García, camino a la luna
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- Coral Aja Pérez
- Sábado, 23 Agosto 2014 12:47
Para quienes son amantes del atletismo, si nombramos a Samuel García Cabrera seguramente no les haga falta ninguna otra explicación. Asociados a ese nombre se nos vienen a la cabeza dos pensamientos a modo de ráfaga: el único hombre que ha bajado de los 46 segundos este año (y desde hace varios) y el gran finalista en la vuelta al ruedo del Europeo de atletismo. Resulta gracioso e incluso irreal que hace tan solo tres o cuatro años para la gran mayoría de seguidores de este deporte Samuel fuese un desconocido o "uno más" en esta prueba.
Y es que este palmero de tan solo 22 años ha ido sembrando y trabajando poco a poco, paso a paso y sin hacer ruido. A pesar de todo no ha podido evitar que este año haya recogido el fruto de todo ese trabajo en forma de grandes éxitos y acompañado de un gran estruendo que le ha hecho coronarse como el rey indiscutible de los 400 metros en España. Dejó auténticamente pasmado a todo el público presente en el campeonato de España por federaciones en Alcorcón, cuando cruzó la línea de meta marcando unos espectaculares 46.02 segundos, lo que suponía pasaporte directo a Zúrich. Casi nadie se lo había imaginado. Y digo casi porque tanto Samuel como su entrenador Álex Codina sabían perfectamente que podía hacerlo. Habían trabajado mucho durante el año para que se viese reflejado en el momento preciso, y así fue.
Sin embargo, el atleta del Tenerife Caja Canarias no quería dejarlo así. Inconformista como cualquier atleta que se preste y al más puro estilo Rocky Balboa hizo suya la frase de "si sabes lo que vales, ve y consigue lo que te mereces". Así, Alcobendas fue el escenario donde Samuel García supo hacerse valer, consiguiendo unos maravillosos 45.50 segundos que no hacían más que refrendar su extraordinario estado de forma de cara al Europeo.
Una vez en Zúrich, pasó las eliminatorias con una facilidad pasmosa, acorde también a sus registros. La semifinal fue de infarto. Tan sólo restaban 100 metros de prueba y parecía que nuestro único representante en esta prueba se quedaría fuera de la final, pero no fue así. Salió de entre la nada para ser prácticamente todo, catapultándose por puestos a la final, algo que no se conseguía desde hacía 12 años en el atletismo español. Casi sin quererlo, había sido el protagonista de una de esas hazañas que te erizan la piel y hasta el alma, de las que te hacen soñar. Y soñando con él llegó la final, donde fue séptimo y no pudo dar su mejor versión. Pero nunca le han gustado las excusas y tampoco las iba a poner en esta ocasión. Él mismo confesó que se había desconcentrado tras la salida nula y que no quería encontrar argumentos sobre los que apoyarse. Y esto, señoras y señores, solamente lo hacen los verdaderos atletas, aquellos que no intentan echar balones fuera tras una actuación que no ha sido la esperada. Esta actitud es de aplaudir, tanto como lo es la magnífica temporada que ha realizado.
Con todo lo que ha logrado únicamente en la temporada al aire libre, se antoja ardua (y lo es) la tarea de mejorar su actuación el año que viene. Pero volvamos al inicio, Samuel aún no ha cumplido los 23 años, es joven y le queda todo un camino y futuro por delante. Nadie puede precedirlo con exactitud, pero me atrevo a decir que ese camino será muy bueno y vendrá cargado de éxitos. Porque quienes trabajan y confían en uno mismo como lo hace él, tarde o temprano tienen su recompensa. Porque quienes creen de verdad que en el cielo no está el límite, al final acaban llegando a la luna.