'La Pubalgia' por Paulo Maccari
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- Paulo Maccari
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25 Ago 2013
Durante mucho tiempo se consideró esta patología como propia de los futbolistas debido al esfuerzo que realizan con sus miembros inferiores a través de gestos dinámicos explosivos. Como se la consideraba la enfermedad de los aductores, se atribuía la causa a este grupo muscular que no estaba adaptado para generar estos movimientos tan potentes.
Con la profesionalización y masificación de otros deportes, pudimos observar que en aquellas actividades donde no se generan los mismos movimientos del fútbol, teníamos una estadística alta de esta patología.
Muchos años han pasado, muchas teorías magistrales de tratamiento han fracasado en el intento de devolver al deportista a las condiciones óptimas para afrontar una actividad de alto rendimiento. Todas estas teorías estaban destinadas a ver el problema actual, sin importar el “porqué” se ha llegado a él. Muchas exposiciones bien presentadas entusiasman al escucharlas y cuan desarmados nos sentimos al encontrarnos ante un paciente cuya lógica biomecánica se rebela contra las grandes teorías. Nuestra modestia, frente a la complejidad e inteligencia que gobierna al cuerpo humano, hará que nuestros progresos más importantes partan de nuestros propios fracasos… (Léopold Busquet. La Pubalgia).
Nuestro objetivo como terapeutas es comprender el funcionamiento del cuerpo humano, interpretar la lógica de las compensaciones, saber leer lo que el cuerpo del deportista nos está indicando, de esta manera podremos detectar posibles desequilibrios que harán que actuemos en consecuencia para prevenir esta patología.
La prevención también es fundamental en el ámbito deportivo, parece lógico decirlo pero no se emplea correctamente. Cada deportista es un ser único, que solo se iguala a sus compañeros en el deporte que practica. Nuestro plan de trabajo preventivo tendrá que estar adaptado a esta característica y por tanto deberá se único, individual y acorde a sus necesidades.
Nuestra evaluación deberá ser estática y dinámica, en consulta y en el momento mismo del juego, la lectura de cada gesto atlético del deportista mientras entrena y compite, nos aportará los datos necesarios para detectar posibles compensaciones y de esta manera encarar un plan de prevención adaptado a sus necesidades.
Si estamos frente a un deportista con una “pubalgia no traumática” debemos reconsiderar nuestro trabajo y aceptar que no hemos podido escuchar y leer lo que el cuerpo nos estaba diciendo. Esta responsabilidad en el fracaso es de todo el entorno y en muchos casos ayudados por la pasividad del propio atleta ante nuestros consejos. Es muy importante que en nuestro rol de terapeutas dentro de un equipo deportivo, estemos permanentemente alertando y recordando los planes de prevención, ya que ante la desaparición del síntoma, el deportista los dejará de lado.
Sabemos que el cuerpo está organizado en cadenas (musculares, viscerales, neurovasculares, conjuntivas) y éstas se adaptarán a las necesidades internas y externas. La alimentación es un factor fundamental a la hora de prevenir esos desequilibrios posturales que pondrán en alerta el sistema muscular, el mismo que utilizamos al hacer un gesto deportivo específico. Debemos mantener una buena dinámica de la columna vertebral, conservar el rango de movilidad completo y sin restricciones de la articulación de la cadera, ser conscientes de la actividad que tiene que desarrollar determinado grupo muscular y entrenarlo para tal fin; el exceso de trabajo abdominal puede generar una debilidad de la pared anterior del abdomen con la consecuencia que ello puede ocasionar. El aumento de presión que generan unos abdominales demasiado potentes sobre el contenido visceral, sumado a que estas estructuras viscerales están en congestión debido a los malos hábitos alimenticios, desencadenará, en no pocos casos, la fuga de este contenido provocando pequeñas hernias, muchas veces difíciles de diagnosticar en estático, debido a que solo ocasionarán problema cuando este contenido visceral esté en congestión.
La lectura que hace Léopold Busquet de la anatomía, la estática y las compensaciones es fantástica a la hora de bloquear el camino. El término de “No tiene pubalgia quien quiere sino quien puede” es real y lo podemos comprender en la interpretación del “porqué” el deportista ha derivado en esta patología.
Si llegamos mal a la orilla, es porque hemos estado naufragando sin que nadie nos pudiera dar una mano… (Lic. Paulo Maccari).
Autor: Lic. Paulo Maccari Kinesiólogo Fisiatra - Osteópata – Fisioterapeuta – Prof. Método Busquet
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