The Real Life

Patricia González: "Yo pongo los límites al deporte, no mi diabetes"

Me llamo Patricia González y padezco diabetes tipo 1 desde los cuatro años. La verdad es que esta enfermedad es una gran desconocida porque cuando hablas de ella todo el mundo la relaciona con ancianos que no se han cuidado o personas obesas; pero como algunos dicen esa diabetes es la buena. La que yo padezco sería "la mala", un problema en el sistema inmunológico que ataca las células beta de nuestro páncreas y no nos permite producir insulina, con los problemas que ello conlleva.

¿Qué tiene que ver esto con mi vida deportiva? Pues lo cierto es que muchos endocrinos aconsejan a pacientes con diabetes que no hagan grandes esfuerzos o que no realicen prácticas deportivas de alta intensidad. En mi caso y en el de muchos otros deportistas con diabetes tipo 1 que conozco, nos hemos propuesto demostrar que no vamos a limitarnos por el hecho de llevar esta mochila a cuestas. Nosotros pondremos los límites, no la diabetes.

Lo primero que dijeron a mis padres cuando me diagnosticaron la enfermedad fue que probablemente no llegaría a los 20 años y si lo hacía sería ciega, con problemas de riñón y/o algún miembro amputado. Ya tengo 33 y eso no ha ocurrido y ha sido entre otras cosas gracias al deporte.

Desde pequeña mis padres incluían en mi tratamiento deporte: natación, gimnasia, patinaje, etc para que mis glucemias estuviesen bien controladas. Hace apenas un par de años decidí empezar a practicar running; me gustaba salir de trabajar y sentir la libertad en la calle, incluso la lluvia caer sobre mi después de un día encerrada entre cuatro paredes. Como le estaba cogiendo gustillo a eso de correr, inmediatamente, y dado que mi tío es un corredor habitual, me planteé correr la distancia reina 42,195 km. Sí, es cierto que empecé la casa por el tejado, pero para mi no sólo estaba el reto de correr un maratón, sino el de hacerlo con diabetes. 10 km o 21 km eran distancias que ya había corrido en mis entrenamientos, y quería debutar en una prueba en la que al traspasar el arco de meta supusiera cumplir un reto que otros consideraban inalcanzable y que incluso me recomendaban que no lo hiciera, que dada mi enfermedad era mejor hacer distancias más cortas.

Dicho y hecho, en tan sólo unos meses corrí mi primer maratón en Vitoria en el año 2012. He de decir que no fue fácil, aun era novata en las pruebas de larga distancia y no supe controlar bien mi glucosa, lo que me supuso algunos problemas durante la prueba, pero aun así acabé, quería pasar ese arco de meta y lo conseguí en un tiempo de 3:35:50, siendo la séptima de las féminas. Recuerdo que cuando acabé me sentía agotada, me dolía todo, pero ahí había una ambivalencia de sentimientos, alegría y euforia y ganas de llorar, no puedo negar que alguna lágrima se me escapó cuando vi a mi familia y amigos en la meta gritando y animándome, nunca se me olvidará ese día.

A partir de entonces he corrido varias maratones, mínimo dos al año. Los errores de ese día me han servido para aprender e ir mejorando los controles de glucemia en las carreras. Es difícil y a pesar de llevarlo todo muy calculado, se puede truncar por factores externos, no es una ciencia exacta y tenemos que estar como alquimistas midiendo valores y cantidades de insulina, pero merece la pena.

Para tratar de ayudar a otras personas con diabetes y concienciarles de que el deporte es fundamental para evitar que las premisas que en su día hizo el médico a mi madre lleguen a cumplirse, entre unos cuantos compañeros de faenas, todos deportistas amateur con diabetes, hemos creado un equipo, Team One. Está compuesto únicamente por deportistas con diabetes, procedentes de diferentes disciplinas deportivas, con el objetivo de concienciar de la importancia del deporte en el tratamiento de esta enfermedad, ayudar a otras personas con diabetes que piensen que por el mero hecho de padecerla no pueden o no deben realizar pruebas deportivas de alto rendimiento y demostrar que con diabetes se puede lograr cualquier meta deportiva.

La próxima prueba en la que voy a participar, es la maratón nocturna de Bilbao del día 18 de octubre, en la que tras varias negociaciones con la organización y un duro trabajo hemos conseguido que se establezcan puestos de avituallamiento especiales para participantes con diabetes. Todo ello con la idea de que personas que quizás no se hubiesen animado a participar en una prueba de esta índole por el miedo a las hipoglucemias u otros problemas, al verse respaldadas por estos puestos en los que tendrán todo lo necesario, y profesionales médicos que les midan la glucosa, se animen a probar y convertirlo en una parte esencial de su tratamiento.

Ahora voy a adentrarme en el mundo del ultratrail, y la idea es participar en el año 2016, con mi compañero de equipo Daniel Hans Jiménez en la Transalpine Run, lo que va a suponer un año 2015 lleno de entrenamientos en los que tendremos que ir controlando minuciosamente los valores de glucosa para evitar que el día de la prueba nos jueguen una mala pasada, aunque ya sabemos que a veces por muy controlado que esté todo se puede truncar y hacer más difícil el objetivo, pero eso sólo le añade dificultad no imposibilidad de llevarlo a cabo.