Atletismo
'Herr' Robert Harting
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- Marc Masip
- Martes, 07 Octubre 2014 01:11
Los lanzamientos no suelen ser las disciplinas atléticas con las que el espectador (llamémosle “no iniciado”) disfruta más cuando ve competiciones de atletismo por la televisión. Sin embargo, siempre hay alguna figura que destaca por encima del resto y es algo más conocida. Este es el caso de Robert Harting, probablemente el mejor discóbolo a nivel mundial de los últimos años, que hasta esta temporada era conocido por romper su camiseta al ganar algún título, ya fuera en europeos, mundiales o juegos olímpicos. Este año, se hizo aún más famoso al prohibirle su Federación realizar este acto, con el que consideraban que desmerecía los colores y la bandera de su país. No obstante, vamos a dejar estas polémicas de lado, sólo para abrir otra puerta a un tema más controvertido si cabe, donde el protagonista será el mismo: el dopaje.
Vayamos por partes. Este pasado viernes se hizo pública la lista de los aspirantes al premio de mejor atleta del año 2014. El ganador de este galardón, repartido por la IAAF (International Association of Athletics Federations) anualmente, ha de pasar tres rondas de selección: primero se realiza la lista de candidatos, que comprenden diez hombres y diez mujeres. A través de una encuesta respondida por las distintas instituciones de la IAAF (desde los miembros del consejo, hasta los mejores atletas del panorama internacional), se escogen los tres finalistas de cada sexo, cuyo vencedor será elegido por el consejo de la IAF (International Athletics Foundation).
Pues bien, como pueden imaginar, Robert Harting figuraba en ella. Pese a no tener la mejor marca mundial del año (su dueño es Piotr Malachowski con 69.28), ha ganado prácticamente en todos los mítines en los que ha participado, siendo el colofón su tercer título europeo consecutivo. Sin duda, una temporada brillante y un reconocimiento bien merecido. Pero este domingo saltó la sorpresa: el tricampeón continental de lanzamiento de disco pidió a la IAAF que cancelara su candidatura. ¿La razón? Simple y lógica, no quiere estar en una lista en la que figuren exdopados. Sus palabras, “no me gusta y lo veo como una provocación hacia mí y especialmente hacia mis fans”.
En esta lista, además de figurar grandes nombres como Barshim, Lavillenie o Kimetto, aparecen LaShawn Merrit y Justin Gatlin. Ambos cumplieron sanciones por dopaje, aunque el caso más llamativo es el de Gatlin que estuvo cuatro años suspendido por esta razón (2006-2010). Con este gesto del alemán Harting, se reabre la polémica: segundas oportunidades, ¿sí o no?
Veámoslo de otra manera. Un atleta cualquiera gana un campeonato del mundo. Sube al podio, suena su himno, recibe innumerables felicitaciones y disfruta de uno o dos años de gran renombre internacional (atléticamente hablando, por supuesto). En fin, obtiene varios meses de premio por el gran trabajo realizado. Por su parte, el segundo clasificado, también recibe el premio y también recibirá felicitaciones, pero no sonará su himno, y siempre le quedará esa espinita de haber perdido, si se le puede llamar así.
Bien, pues pasan uno, dos o incluso tres años, y se descubre que ese campeón, aquél al que todos habían aclamado, el que había disfrutado de tantos privilegios, en realidad se había estado dopando. Se le quitan los méritos y se los dan al ahora nuevo primer clasificado, que seguirá sabiendo que no ganó esa carrera, o ese concurso. Será un oro agridulce. Y al otro, que le quiten lo “bailao”.
Pues disculpen, pero eso es robar. Es robar el derecho a saberse ganador; a estar en lo más alto del podio, aclamado por la multitud; a oír el himno delante de miles, millones de personas. ¿Quién se acuerda luego del atleta que ganó un mundial "porque al otro lo han descalificado"? ¿Quién le da luego esos años de gloria, que le pertenecieron a él y se los quitaron? Por esto y por todo lo que implica el dopaje, hemos de aplaudir la decisión de Robert Harting. De hecho, todos deberían hacer lo mismo. Hay que darle las gracias y seguir su ejemplo. Quizás, con gestos como éste, acabemos consiguiendo un deporte limpio.
Comentarios
Que un velocista a los 32 años consiga sus mejores marcas de siempre de 100 y 200 después de estar parado cuatro años es mas que sospechoso y una ofensa paa los qe compiten limpios y para el atletismo.
Yo le daba el título a Gatlin. Temporadon